lunes, 18 de marzo de 2013

La iglesia católica sigue igual...

"La pederastia es realmente una enfermedad, no es una cuestión criminal", dijo el sacerdote sudafricano. (Foto: telegraph.co.uk)
El cardenal sudafricano Wilfrid Napier, que participó en la elección del papa Francisco, afirmó que la pedofilia debe tratarse como "una enfermedad mental" y no como un crimen, al argumentar que hay sacerdores que han sufrido abusos de pequeños y al hacerse adultos "repiten patrones de abusadores". 

"De acuerdo a mi experiencia, la pederastia es realmente una enfermedad, no es una cuestión criminal, es una enfermedad", dijo el arzobispo de Durban (este de Sudáfrica). 

Según Napier, la pedofilia "es una enfermedad psicológica. ¿Qué hacen ustedes ante la enfermedad? Hay que intentar curarla. Si yo, como individuo normal, decido conscientemente violar la ley, debo ser castigado", añadió el arzobispo de 72 años de edad, conocido por sus posiciones conservadoras.

"Éstos, no son responsables por sus acciones, al menos no al mismo nivel que alguien que elige hacer eso por su cuenta", agregó. 

A principios del año 2000, Napier había sido criticado por su pasividad frente a un escándalo de curas pederastas, al negarse a expulsar a los culpables de la Iglesia sudafricana.

El cardenal indicó que conocía a dos sacerdotes, víctimas de abuso sexual en la infancia, que luego se convirtieron en pederastas.

"No creo que se pueda pensar que una persona merece ser castigada, cuando ella misma fue herida", añadió.

Desde la asociación británica de supervivientes de abusos de los curas, Barba Dorries, quien fue víctima de los abusos de un cura, dijo tras escuchar al cardenal: "Si es una enfermedad, vale, pero también es un crimen y los crímenes se castigan, y los criminales son responsables por los que hicieron y lo que hacen".

"Los obispos y los cardenales han tenido que cubrir crímenes como estos que han permitido a los depredadores sexuales continuar haciéndolo durante años, no ser arrestados, manteniendo los secretos dentro de la Iglesia", enfatizó. 

En los últimos tres años, el Vaticano ha recibido mil 800 denuncias por casos de pederastia o abuso sexual a menores, llevados por clérigos, y la gran mayoría de estas denuncias ocurrieron entre los años 1965 y 1985, según información del promotor de la Justicia (fiscal) de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Robert Oliver.

Los casos de abusos sexuales a menores ya le han costado a la Iglesia Católica a nivel internacional más de dos mil millones de dólares, que se pagaron en los acuerdos a los que se llegó con las víctimas, en juicios, asesoramientos legales, terapias y seguimiento de los agresores, entre otras causas, según información de la congregación. 

Pese al monto, manifestaron que no hay valoración que pueda hacerse sobre las miles de víctimas, niños y adultos vulnerables, cuyas vidas “cambiaron para siempre” a causa del abuso.

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