jueves, 9 de enero de 2014

Una verdad incómoda (un breve artículo de Droblo)

"Sabemos empíricamente que la vida después de la muerte no existe.
Por más que no nos guste reconocerlo un neurocirujano cuando abre un cerebro sabe donde están nuestra memoria, inteligencia, emociones…son zonas físicas que si por descuido las toca pueden trastocarnos completamente.
Y no son creencias, lo sabemos.
 
Igual sabemos que la mayor parte de nuestras emociones (y no digo todas porque aún se tiene que investigar más) son producto de reacciones químicas provocadas por las hormonas, hasta el punto de que una persona sin una hormona concreta puede cambiar completamente su carácter.
Y no son creencias, lo sabemos.
 
Así pues, sabemos que cuando muere el cerebro y cuando mueren esas reacciones químicas se muere nuestro yo, y lo sabemos porque el soporte físico es lo que da vida a nuestra conciencia (sentimientos, recuerdos sueños etc.)
Sin los elementos de nuestro cuerpo físico no podemos recordar, ni pensar ni sentir porque no existiríamos.
Y no son creencias, lo sabemos.
 
Abrazarnos a la ilusión de que eso no es así cuando nuestros conocimientos científicos y lógicos nos indican lo contrario es no querer aceptar la verdad.
Y entiendo que la dureza de esa conclusión haya llevado desde tiempos remotos al hombre a inventarse dioses pero eso lo único que demuestra es que Dios es un invento del hombre y no al revés."

*-* 
Muy recomendable leer los comentarios de la fuente original del escrito:  

No hay comentarios:

Publicar un comentario